• La presidenta del Parlamento de Galicia clausuró en Pontevedra el ciclo de conferencias 2011-2012 de la Cátedra “Almirante Álvarez Ossorio” de la Escuela Naval Militar
• Pilar Rojo opina que “parlamento y democracia son pluralismo, participación, transparencia y garantía de derechos humanos”
• “Hoy más que nunca, el parlamentarismo como principio y valor es una buena guía para construir políticas públicas cercanas a la ciudadanía”
Pontevedra, 28 de mayo de 2012.- “En los actuales momentos, llenos de crisis y turbulencias, el Parlamento como referente, como órgano de representación, es una poderosa vía para canalizar los deseos de participación y un útil mecanismo para debatir y encontrar soluciones a los retos pendientes”. Así lo manifestó esta tarde en Pontevedra, la presidenta del Parlamento de Galicia, Pilar Rojo Noguera, en el transcurso de una intervención con la que clausuró el ciclo de conferencias con el curso 2011-2012, de la Cátedra “Almirante Álvarez Ossorio”, impulsada por la Escuela Naval Militar y la Universidad de Vigo.
En una conferencia titulada “El Parlamento y su función representativa”, Pilar Rojo repasó los orígenes del parlamentarismo, desde las asambleas estamentais medievales que buscaban reequilibrar lo poder del monarca a través de representantes de la nobleza, la Iglesia o las ciudades, hasta los parlamentos modernos, en los que sobresale su pretensión de “representar a toda la comunidad, y no solo a los privilegiados o a los estamentos”.
Pluralismo y participación
“La asamblea parlamentaria, en cuanto representa políticamente a la ciudadanía, se muestra como símbolo por excelencia del pluralismo y de la participación consustancial a la libertad”, afirmó la titular del legislativo gallego.
Con todo, Rojo Noguera insistió en que el esquema del parlamentarismo democrático precisa, como “imprescindible complemento” de un “sistema electoral garantista”, y que las Cámaras legislativas dispongan de “independencia respeto al poder ejecutivo”.
Por eso, explicó, “los reximes democráticos protegen a los parlamentarios individuales para que podan cumplir sus funciones sin la presión del Ejecutivo”, con prerrogativas como la inviolabilidade (irresponsabilidad por las opiniones manifestadas en el ejercicio de la función parlamentaria) y la inmunidad (prohibición de detención de los parlamentarios y necesidad de que su respectiva asamblea dé el visto bueno a las actuaciones judiciales contra ellos).
En su intervención, Pilar Rojo desgranó también otros derechos y deber de los diputados, como las incompatibilidades o el rexime de inelegibilidad a lo que que están sometidos. “Todas estas medidas, individuales y colectivas, persiguen que la representación no sea falseada y que la voluntad de la ciudadanía no permañeza facticamente reducida por otro poder o órgano ajeno a lo que reúna a los nombrados de manera directa por el pueblo”. Se trata, en palabras de la oradora, no de privilegios personales, sino de “prerrogativas funcionales que sirven para garantizar la independencia de las cámaras”.
Tradición democrática
Refiriéndose expresamente al Parlamento de Galicia, su titular subrayó que esta institución se enmarca en la “tradición democrática liberal que afianzó los modernos sistemas constitucionales, anclados en el pleno respeto a los derechos fundamentales”.
Además de ofrecer una detalla explicación sobre el sistema electivo, la composición, funciones y estructura de la Cámara gallega, Pilar Rojo insistió en que “apostar por el Parlamento es apostar por la calidad democrática, los rasgos esenciales de la cuál son los mismos que la democracia de excelencia”.
Pluralismo, participación, transparencia y garantía
A su juicio, “Parlamento y democracia son pluralismo, participación, transparencia y garantía de derechos humanos. Por eso, hoy más que nunca, el parlamentarismo como principio y valor es una buena guía para construir políticas públicas cercanas a la ciudadanía”.
La presidenta de la Cámara gallega se mostró convencida de que “debemos reivindicar el Parlamento y el parlamentarismo, su actualización y acomodo a las exigencias del presente”, en la medida en que la representación parlamentaria “es manifestación de justicia material y de atemporal valor democrático”.