Santalices rememora la labor científica de Cruz Gallástegui, “el mago de las espigas”, que logró un avance sin precedentes en la producción de maíz gallego

• El presidente del Parlamento de Galicia participó en el acto conmemorativo del centenario de la Misión Biológica de Galicia-CSIC, celebrado hoy en el Pazo de Salcedo

• O Pazo del Hórreo, actual sede del Legislativo gallego, fue también la primera sede de la Misión Biológica de Galicia, entre 1921 y 1927, hasta ser desalojada de Santiago durante la dictadura de Primo de Rivera

Santiago, 15 de julio de 2021.- El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices Vieira, participó este mediodía en Salcedo (Pontevedra) en el acto institucional conmemorativo del primer centenario de la Misión Biológica de Galicia-CSIC, que tuvo su primera sede en el Pazo do Hórreo, que ahora alberga el Legislativo gallego.

La cita recordó el origen y las aportaciones de la Misión Biológica a la sociedad gallega a lo largo de este siglo. En su intervención, previa a la clausura del encuentro, Santalices destacó la necesidad de estas celebraciones “en una sociedad como la nuestra, tan dada a olvidar su pasado, y muy particularmente los hechos gloriosos que abundan en nuestra historia”.

Los pinitos de la Misión Biológica de Galicia

La presencia del presidente del Parlamento de Galicia  en el Pazo de Salcedo se debe, como él incluso  recordó, al enlace del Pazo do Hórreo –actual sede del Parlamento gallego– con la Misión Biológica de Galicia. El edificio, que operaba como Escuela de Veterinaria desde 1915, prestaba también sus instalaciones a la primera sed de este proyecto científico, concretamente “entre mediados de 1921 y comienzos de 1927”.

Santalices explicó que la iniciativa había echado a andar/échado a andar “como una institución prácticamente unipersonal” encarnada en la figura de Cruz Gallástegui. El célebre científico mostró una entrega absoluta al laboratorio, asistido por uno único ayudante y “con una dedicación plena que rozaba la obsesión”, apuntó el presidente.

Gallástegui, con una sólida formación internacional en genética, desarrolló su labor científica en los laboratorios del Hórreo y en una pequeña finca de apenas media hectárea a su lado. Esta modesta infraestructura se convirtió “en la primera de España y la segunda de Europa en trabajar en la hibridación de cereales”, ámbito donde el genetista registró uno de sus principales logros de esta singladura científica.

El maíz híbrido producido por el investigador sirve, señaló Santalices, como buena prueba de la rapidez de las investigaciones científicas en ofrecer resultados prácticos. “Sucedió también, como todos sabemos, con las vacunas contra la Covid-19, desarrolladas en un tiempo récord y que se están administrando con el notable eficacia para prevenir la propagación de la enfermedad”, exemplificou.

Por tanto, el maíz híbrido supuso “un avance sin precedentes en una Galicia deficitaria de maíz”, un hito científico que permitió “duplicar y a veces case triplicar la producción media por hectárea dedicada al cultivo de maíz”, narró el jefe del Legislativo gallego. Tal hazaña científica, contó Santalices, le valió a Gallástegui el sobrenombre de “mago de las espigas” entre la población labradora.

Lamentó Santalices el traslado de la sede al Pazo Provincial de Pontevedra en 1927 debido al desalojo durante la dictadura de Primo de Rivera: “Ya se sabe que de una dictadura nada bueno pode esperarse”. Fue allí, al lado del Lérez, donde la Misión Biológica encontró, en 1928, su sede definitiva, en el Pazo de Salcedo.

El acto conmemorativo del primer centenario de la Misión Biológica de Galicia-CSIC en su actual sed contó con la participación, entre otras personalidades, de la directora de la Misión Biológica de Galicia, Elena Cartea; la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez; y el alcalde de Pontevedra, Miguel Ánxo Fernández Lores.

Saludos, Gabinete de Comunicación.