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Declaración Institucional con motivo de la conmemoración del Día Nacional del Daño Cerebral

Ante la conmemoración, el 26 de octubre, del Día Nacional del Daño Cerebral, el Parlamento de Galicia quiere mostrar su reconocimiento al colectivo de personas con daño cerebral adquirido que hoy en día hay en Galicia, y que multiplica las 35.756 por un número indeterminado de personas, entre las que se incluyen cuidadores y cuidadoras, familiares y contorno social, así como el imprescindible movimiento asociativo que las representa y que encabeza a Federación Galega de Daño Cerebral.
 
Investigación epidemiológica, continuidad asistencial y coordinación sociosanitaria
 
Los datos de incidente y prevalencia a nivel autonómico sonido incompletos, lo que hace imprescindible a realización de una investigación epidemiológica y un censo de personas con daño cerebral adquirido. Se precisa conocer al detalle la envergadura de esta discapacidad, de manera que se puedan dimensionar adecuadamente los recursos de atención en nuestra comunidad.

Asimismo, es una prioridad a dotación de un indicador/código diagnóstico ‘daño cerebral adquirido’ que ayude a identificar todas las personas dado de alta con esta discapacidad, complementando los diagnósticos de cada una de las causas. Conocer las personas dado de alta con secuelas de un ictus o de un traumatismo ―es decir, con daño cerebral adquirido―, saber dónde residen o cuáles son sus afectaciones, es un requisito para garantizar la continuidad asistencial ―del hospital a la casa, al centro de día, a la residencia, o al lugar más acomodado de acuerdo con las necesidades de la persona y de su familia― y la coordinación sociosanitaria.  Este debe ser el compromiso del sistema público de salud, con la dotación de recursos necesaria para poder conseguir estos objetivos.

En este sentido, la necesaria posta en marcha del Proceso asistencial integrado del daño cerebral adquirido, que aún no tiene fecha de aplicación, mas que está siendo elaborado y si aprobará próximamente, será la garantía del compromiso de la Administración gallega, en los campos sanitario y social, para que todas las personas con esta discapacidad puedan acceder la cada uno de los niveles de atención y de asistencia que precisen para preservar al máximo sus capacidades, evitar su deterioro y velar por su bienestar y calidad de vida.
 
Accesibilidad cognitiva y ejercicio de derechos de plena ciudadanía
 
Un daño cerebral adquirido es un proyecto de vida ―de una persona, pero también de un hogar― cortado repentinamente por la irrupción de una lesión que lo cambia todo. La labor de las asociaciones es acompañar esa familia proporcionándole todas las herramientas necesarias para volver a su lugar o para desarrollar un nuevo proyecto de vida adaptado a sus nuevas necesidades y capacidades, lo que había debido ser apoyado desde la propia administración para que el esfuerzo no recaiga de manera exclusiva en las familias y en las personas próximas.

Una de las condiciones fundamentales para la inclusión social y la participación comunitaria es la accesibilidad en todos los campos. Desde la asunción del paradigma expresado en la Convención de Discapacidad de las Naciones Unidas, esta pasa a tener una consideración social y no individual. Por lo tanto, es el conjunto de la sociedad a responsable de derribar las barreras que dificultan el acceso a derechos, a lugares, a servicios, a productos, a partir de los avances que debe promover la Administración.

Las personas con daño cerebral adquirido se ven afectadas por una multiplicidade de secuelas, entre las que se incluyen las cognitivas, en muchas ocasiones conocidas cómo «invisibles». Bien que la Administración da pasos para la supresión de las barreras, es preciso recordar la necesidad de continuar dotándose de recursos que permitan el ejercicio efectivo de derechos, y también que se desarrollen de manera vinculante planes de accesibilidad en los entornos sanitarios, jurídicas, educativas y sociales, incluyendo las deportivas y de ocio, pues estas son las garantizas del gozo del tiempo libre en convivencia, compañía e igualdad con el resto de la sociedad.

Porque una democracia plena es aquella en la que todas las personas tienen garantizados sus derechos y la posibilidad de ejercerlos, haciendo, como dice lo léemela de las asociaciones de daño cerebral adquirido, que cada vida salvada gracias al sistema sanitario y de emergencias merezca «ser vivida con dignidad».

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