En el año 2005 la Organización de las Naciones Unidas instauró el tercero domingo del mes de noviembre como el Día mundial en memoria de las víctimas de accidentes de tráfico y violencia viaria.
Coincidiendo con esta conmemoración, el Parlamento gallego quiere reconocer el trabajo hecho por las asociaciones de víctimas, así como el de muchas entidades públicas y privadas que, de un o de otro modo, están contribuyendo en la elaboración e implementación de políticas públicas de seguridad vial.
El trabajo hecho es mucho, pero aun es necesario seguir llamando la atención a la sociedad y a las instituciones sobre la obligación de mejorar la calidad de vida de las víctimas de accidentes de tráfico.
Reafirmamos el compromiso de este Parlamento con la mejora continua de la seguridad vial. De hecho, este mismo año la Comisión no permanente de seguridad vial aprobó un documento, por unanimidad de todos los grupos políticos, que contribuye y complementa el Plan de seguridad vial de Galicia 2022-2025, impulsado por la Xunta de Galicia y que hace falta seguir desarrollando en toda su intensidad.
Valoramos el trabajo de las distintas administraciones, organizaciones sociales, empresas y ciudadanos en la mejora de la seguridad vial para seguir afondando en un mayor compromiso político y una mejor coordinación.
Agradecemos la dedicación y entrega de todos los agentes de tráfico y profesionales que trabajan para mejorar la seguridad en nuestras carreteras. Y rendimos homenaje a los que perdieron la vida mientras trabajaban para garantizar la seguridad vial de los demás.
Toda muerte y lesión grave en tráfico es evitable y, por lo tanto, inaceptable. Por ello, las políticas de seguridad vial deben considerarse una inversión con un elevado nivel de retorno social, pues, además del sufrimiento padecido por víctimas, familiares y personas próximas, los accidentes suponen pérdidas económicas significativas.
Además, la respuesta integral a las víctimas de tráfico debe ser efectiva después del siniestro, esto es, incluir apoyo mental, social y legal para las víctimas, supervivientes y sus familias.
La seguridad vial los afectan y los benefician a todos, y depende de cada un de nosotros. Debemos crear una clara conciencia sobre los riesgos, y fomentar un sentido de responsabilidad y respeto de las normas de tráfico que garantice una convivencia segura en las carreteras y en las calles.